01 marzo 2006

Entrada 1

Una suave brisa soplaba aquella tarde. Recuerdo que el sol aun no se había puesto y que mi hermana jugaba con sus dos amigas en la arena del parque mientras yo descansaba tranquilamente bajo la sombra de una gran roca de granito, golpeando tontamente la tierra con un palo lleno de musgo. Mis pensamientos bailaban alegremente en mi cabeza sin ningún sentido ni finalidad, buscando simplemente una forma de distraerse mientras se acercaba la hora de la cena.

Gracias a mi padre había entrado en la flota Imperial y pronto saldría de este reducido pueblo que no podría aportarme nada. Aquí solo me esperaba el futuro de un minero, o tal vez un mercader, y había leído suficientes historias de aventuras, me había tragado la vida de bastantes héroes de guerra y había chupado demasiada mitología para desear ese futuro para mí...No quería ser un mercader, se puede decir que me aterraba acabar siendo un simple minero...No, desde luego mi futuro debía ser como el de aquellos personajes de mis historias. Glorioso, trepidante y lleno de aventuras. Faltaban 3 días, solo 3 días y estaría de camino al campo de instrucción para empezar mi vida como héroe. Estaba claro que no tenía ni idea de a que me iba a enfrentar...

Cuando llegó el día, mi padre me dio tres cosas: una cuenta de gastos con 10.000 Drecas (Suficientes para vivir modestamente durante seis meses), Un libro que nuca había visto antes llamado “El odio y el perdón” y un pequeño consejo “Tu principal enemigo eres tú mismo, domínate para no acabar contigo mismo”...no estoy muy seguro de a qué se refería, pero le di las gracias igualmente. Mi Padre nos había cuidado desde que mi madre desapareció, cuando mi hermana tenía dos añitos (De eso hacía ya 6 años), y renunció a todo para poder hacerlo. Renunció a su puesto de primer oficial en una Fragata fronteriza destinada a impedir el paso de saqueadores Sulbas, piratas que irrumpen en las fronteras del imperio para arrasar con todo lo que encuentran a su paso y llevarse todo el botín que puedan: oro, minerales, tecnología, esclavos... son extremadamente violentos y muy bien armados. Consideró que una nave de guerra no era el mejor lugar para criar a dos niños, y vino a este recóndito lugar aceptando un puesto en la administración de poca importancia.

Cuando llegó el mediodía, dos miembros de la flota vinieron a recogerme en un todoterreno gris bastante sobrio, mi corazón se aceleró de excitación y trate de mantenerme firme y disciplinado, como intentando demostrar algo, aunque no debí hacerlo muy bien porque los dos soldados tuvieron que contener la risa. Mi hermana y sus dos amigas vinieron a despedirse y me trajeron un pastel que habían echo ellas mismas para que comiera algo por el camino...Si, era un pastel de barro con adornos de plastilina, pero un pastel al fin y al cabo. Dicen que la intención es lo que cuenta ¿no? Se quedaron las tres allí, mirándome con cara de ilusión infantil: Mi hermana Yyra, jugueteando con su trenza pelirroja y mirándome con sus enormes ojos verdes que juraría que estaban haciendo un esfuerzo sobrehumano por no llorar; y sus dos amigas, Zira y Sakhy, las gemelas más revoltosas que haya podido ver este pueblo, o ningún otro pueblo que exista, con sus coletas negras cayendo por sus pequeños hombros y su sonrisa, una mezcla de inocencia y maldad brillando con dulzura acompañadas de sus almendrados ojos de gato. No se que me pasó en aquel momento, pero noté cómoalgo se agolpaba en mi garganta, una especie de emoción que me dejó sin palabras, y yo mismo me vi luchando para evitar que mis lágrimas vieran la luz del sol. Solo se me ocurrió una cosa para romper aquel hilo de tensión que me impedía mover un solo músculo de mis piernas, así que agarre el pastel que me habían preparado aquellos tres terrores y le di un buen mordisco sin pensármelo dos veces. Lo mastiqué como si fuera de chocolate, pero obviamente acabé tosiendo entre el atragantamiento y el asco de estar comiendo barro con plastilina. Las tres pequeñas estallaron en carcajadas, y yo, aunque estaba a punto de morir asfixiado por la arena comprimida que se estaba colando en mi garganta, me sentí realmente aliviado. Una de las gemelas, no recuerdo cual, dijo algo en ese momento que no llegué a entender, pero yo hice ver que estaba enfurecido y me levante alzando los brazos sobre mi cabeza y gruñendo como un oso rabioso. Las tres niñas salieron corriendo entre carcajadas, y cuando las perdí de vista, subí al todoterreno para largarme de allí.

Al cabo de un largo silencio, uno de los militares dijo “¿No es gracioso? Aquella niña creía que la gamberrada no era que el pastel fuera de tierra, sino que lo habían cubierto de pimienta picante”

Entrada 2

5 Comments:

At marzo 01, 2006, Blogger Isako said...

Mmmmhhh... picante....

"Nostamal, nostamal... es un poquito floja, pero vas mejorandooo..."

 
At marzo 01, 2006, Blogger Woed said...

Al describir a Yyra, la he imaginado como un dibujo manga con ojos llorosos. La historia comienza bien, y no sé porqué pero he visto un poco el FFVII. ¡Ánimo!

 
At marzo 02, 2006, Blogger yuricats said...

Asias Chicos, espero ir mejorando a medida que vaya escribiendo (Ya sabeis que acepto criticas)

Woed, me alegra ver que aun vives, haciendo cacho que no sabia de ti.

Saludos a todos desde Yurilandia.

 
At marzo 10, 2006, Anonymous Anónimo said...

Athlonso
Tiooo tienes el complejo de american pie con los pasteles jejeej
No esta mal :P

una cosilla
[[, Un libro que nuca ?? ]] sera nunca

 
At agosto 15, 2006, Anonymous Anónimo said...

Ei Yuri,
Nos hemos leido el primer capitulo con Adolfo y nos ha gustao, muy autentico lo de la flota imperial.

Nere

A mi me ha gustado lo del libro y el consejo

Adolfo

 

Publicar un comentario

<< Home