11 mayo 2006

Entrada 8 (Capítulo 2)

5 horas después, conseguí acabar aquel mamotreto. La cabeza me daba vueltas y solo veía imágenes de numeritos y ecuaciones en mi mente, flotando ante mis ojos como cuando miras a una luz muy brillante y solo ves lucecitas de colores. Me fui directo al colchón y me tumbé a dormir sin siquiera tomar algo de cena.

A la mañana siguiente, Jeera me despertó atropellando sus palabras más de lo habitual. Estaba tan excitada que creía que estaba a punto de darle un ataque epiléptico.

-¡Maldita sea Tarys levántate de una vez!- Mi mente empezaba a salir del embotamiento del sueño y algunas de las palabras arrojadas por Jeera empezaban a ser comprensibles. ¿Qué demonios le pasaba? ¿a que venía ese ánimo tan jovial?

-¡Tienes que venir a ver esto! ¡sal de la cama de una maldita vez!-

A regañadientes me levanté frotándome la cara. Me puse los calcetines y las botas y antes de poder coger mi camisa Jeera tiró de mi brazo impacientemente para arrastrarme al exterior del pabellón. En un principio la luz matutina me cegó, pero usando mi mano de visera adapté mis todavía soñolientos ojos llenos de legañas a aquel resplandor. El cielo estaba despejado y debían ser las 10 de la mañana aproximadamente. Curioso que Dreygas no nos hubiera despertado al amanecer. De nuevo noté la pequeña pero incomprensiblemente fuerte mano de Jeera tirando de mí.

-¿Estás ciego o que te pasa? ¡mira allí joder!- Jeera me señaló a unos mastodontes metálicos puestos en fila a un lado del pabellón. Eran totalmente nuevos y su pintura azul cobalto relucía orgullosa ante nosotros. Me froté los ojos pensando que veía alucinaciones, pero entonces confirmé que lo que estaba viendo era real. Alach saltó del interior de uno de esos cacharros y se acercó corriendo hasta a mí con una sonrisa que le podría haber partido la cara en dos piezas.

-¡Tarys, maldito imbécil! ¿dónde te habías metido?-
Alach estaba tan revolucionado como Jeera, o puede que incluso más. Yo sin embargo no daba crédito a lo que veía. ¿qué demonios eran aquellas cosas? Noté como algo me golpeaba la mejilla con un sonoro “Plas” que me hizo girar la cabeza casi 180º. Noté como mi cara se ponía roja y un ligero escozor se apoderó de toda la parte impactada.
-¿Te vas a despertar de una vez o te doy otra?- Jeera parecía que empezaba a mosquearse de mi inactividad, y me estaba mirando con unos ojos tan agresivos que parecían decirme “Como no hables pronto te suelto otra”
-¿Porqué no me habeis despertado antes?- Dicho esto me puse a correr hacia aquellos mamotretos de metal buscando a la vez cual podía ser el mío. Todos eran iguales, pero sabía que uno de ellos estaría destinado a ser el mío. Solo para mí. Empecé a contarlos, 1...2....3...4...
-Alach, ¿cómo es que solo hay 9 naves?- Me extrañaba ese dato. En principio éramos 11 dentro del “Escuadrón Yunque”
-Dos de los chicos de la banda de Fryll no aprobaron el exámen. Los han devuelto al reformatorio para que cumplan su condena.- No supe muy bien cómo reaccionar ante esa noticia; en parte me sentía mal porque no me había molestado en conocer bien a la banda de Fryll en todo este tiempo, y ahora habían dos de ellos que no llegaría a conocer; pero enseguida pensé que ellos tampoco parecían muy interesados en nuestro bienestar.
-No pongas esa cara, piensa que si Dreygas hubiera echo la vista gorda y se hubiesen quedado no solo tendríamos a dos matones descerebrados más en el pelotón, sino que además serían dos matones descerebrados de los que dependerían nuestras vidas y que no estarían preparados para cubrirnos las espaldas.- Estaba claro que aunque Jeera hablaba realmente deprisa, era capaz de pensar todo lo que decía. Era una habilidad que me resultaba intrigante, pero sus palabras no podían ser más ciertas.

-Bueno, ¿y con cual de estas cosas os habéis quedado vosotros?- Pregunté despreocupándome de las nuevas pérdidas del pelotón.

-El mío es el que está justo en el centro- Alach señaló al vehículo del que había saltado cuando me vió salir del pabellón.
-Y el mío es el segundo de la derecha, el que está justo al lado del tuyo.- Añadió Jeera señalando a la máquina mas alejada de nosotros.

-¿Cómo que al lado del mío?¿Te has tomado la libertad de elegir por mí?
-No, al ser el último mono en despertarte te ha tocado el que sobraba. Los demás ya hemos elegido el que queríamos.- Estupendo, me habían dejado las sobras que ellos no habían querido. Más que el jefe de escuadrón parecía el bufón de la corte...
-Bueno no importa, supongo que serán todos iguales.- Dije tratando de restarle importancia al asunto.
-Si, supongo. Aunque el tuyo está rayado...
-¿QUÉ?- me apresuré a acercarme a mi nueva nave para ver el defecto al que se refería Jeera. En efecto una enorme línea zigzagueante cruzaba todo un lateral de mi nuevo vehículo desconchando la pintura y partiendo en dos el escudo de la flota imperial.

Pase la mano por encima de la chapa blindada de aquel cacharro enorme. No estaba seguro de que tipo de vehículo era, pero una sensación extraña recorrió mi brazo y luego mi cuerpo entero; fue una especie de cosquilleo, y ahora estaba totalmente seguro. Aquella iba a ser mi nave.

Entrada 9

3 Comments:

At mayo 11, 2006, Blogger yuricats said...

Espero que sepais perdonar el notable retraso que estoy teniendo en las publicaciones de mis entradas, pero se me han juntado 2 trabajos de golpe y es algo que se nota (Sobre todo habiendo estado en paro 5 meses)
Nada más, espero que os guste la entrada 8 ^^

 
At mayo 14, 2006, Blogger Koopa said...

Nada nada, tu a tu ritmo, y no pierdas nivel, que lo que llevas escrito mola mucho! =)

 
At mayo 16, 2006, Blogger zoki said...

Jejejje, con lo q jode q te rayen el coche, que te rayen la nave espacial tiene q ser la ostia!!!

 

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