23 mayo 2006

Entrada 10 (Capítulo 3)

Capítulo 3

Pasó algún tiempo antes de que Dreygas nos dejase subirnos a la cabina de las naves y ponerlas en marcha. Quería estar seguro de que conociéramos a la perfección los controles y que no metiéramos la pata por algo que no fuera nuestra simple estupidez, claro que el lo justificó como que teníamos que estar todavía más en forma y aprovecho para seguir haciéndonos correr cada mañana y trabajar los músculos como atletas profesionales.

Pero al fin llegó nuestra recompensa. Finalmente Dreygas llegó una mañana, nos levantó a todos como de costumbre y dijo:

-Ya estáis preparados. Hoy probaremos los prototipos “Yunque” en un primer vuelo hasta el exterior de la atmósfera. Situaremos las naves en posición orbital durante 2 horas y luego haremos la reentrada en el planeta para estar de vuelta en la base a la hora de comer. ¿alguna pregunta?- En realidad Dreygas solo preguntaba por inercia, sabia perfectamente que nadie iba a preguntar nada. En todo este tiempo con el Sargento habíamos descubierto que hacerle preguntas sobre algo que había explicado claramente solo conseguía hacer que te llovieran insultos. Llevábamos varias semanas esperando aquel momento, habíamos estudiado los controles de la nave y todo lo referente al vuelo espacial, y ninguno estábamos dispuestos a dejar que se retrasara más aquel momento. Ni siquiera Fryll que siempre estaba buscando pelea parecía dispuesto a pasarse de listo.
-Bien- Continuó el Sargento. –Entonces poneos los uniformes de vuelo y subios a las cabinas de los yunques.

Contestamos todos al unísono con un sonoro “Si Señor”, la excitación podía con nosotros y empezamos a movernos tan deprisa que parecíamos ardillas correteando en primavera. Notaba el corazón golpeando mi pecho con tanta fuerza que creía que me iba a partir la caja torácica en cualquier momento. La voz de Jeera se oía por todas partes; no podría asegurar si estaba a mi lado o al otro extremo de la sala, pero si que su acelerada lengua no dejo de hablar desde que el sargento abandonó la sala. Salimos corriendo del pabellón hacia nuestras respectivas naves riendo, saltando y dando gritos de alegría. Como si fuéramos una pandilla de críos que va al parque de atracciones, pero en realidad éramos una pandilla de críos que iban a salir al espacio con unos prototipos experimentales de cazas galácticos.

Cuando subí a mi Yunque noté un escalofrío recorriendo toda mi espalda. Me puse el casco y conecté todos los sistemas de navegación. Comprobé que todo funcionara correctamente y que el motor de cirdilio estuviera cargado. No debían haber problemas con el motor, puesto que su autonomía era aproximadamente de un año y nunca había sido utilizado, pero quería estar seguro de que todo funcionara bien. Exceptuando el arañazo que aún adornaba el lateral de mi nave, todo parecía estar en orden. Me sentía feliz, al fin iba a pilotar mi nave y ver mi hermoso planeta desde el cosmos. Conecté la radio y puse en marcha el motor.

-Yunque 1 preparado y listo para despegar Señor. Espero sus órdenes.- Después de mí todos empezaron a informar de su estado.

-Yunque 2 en posición, esperando órdenes-
-Yunque 3 listo y en posición. Esperando órdenes- Y así hasta que todos acabaron de informar sobre su estado. Es entonces cuando el sargento habló por la radio.
-Bien novatos, no quiero fallo ¿Entendido?. Hacedlo todo bien y comeremos un buen asado cuando volvamos. Meted la pata y no volveréis a volar en lo que queda de año. Ahora fijar mi posición en el escáner y seguid mi ruta por orden ¿recibido?
-Recibido señor- Las comunicaciones se sucedieron tras la mía, y entonces el sargento puso rumbo a las estrellas. La sensación era increíble; El Yunque se elevó con una suavidad impresionante, y cuando quise darme cuenta ya estaba por encima de los 20.000 pies de altura cruzando el mar de nubes, y al poco ya habíamos llegado a la zona orbital donde debíamos situar las naves en posición y apagar los motores para permanecer en la órbita del planeta durante 2h. En una formación poco militar y nada práctica fuimos llegando uno tras otro. Nos pusimos a la altura del Sargento Dreygas y esperamos a que nos ordenara apagar motores mientras corregíamos las posiciones.

-Jefe yunque a Yunque 1. Contesta-
-Aquí Yunque 1 adelante.-
-Debo volver a la base de operaciones y atender ciertos asuntos imprevistos., Toma el mando y finaliza el ejercicio. Cambio y cierro.-

¿Pero que narices estaba diciendo? Cuando quise darme cuenta, el puntito del escáner referente al Sargento se estaba alejando a toda velocidad de nuestra posición, y empezaba a recibir transmisiones preguntando cual era el siguiente paso. ¿Qué pretendia el sargento? ¿Que matara a todo el escuadrón para así poder volver a casa? Yo no tenía ninguna experiencia en vuelo espacial, era mi primera misión ¿y me dejaba al mando de un grupo de novatos? ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿Qué podía ser tan importante para abandonar una misión en curso? El pánico empezó a apoderarse de mí. Mis manos empezaron a sudar y lo que es peor, a temblar. Aunque parecía una misión rutinaria, era la primera vez que cualquiera de nosotros pilotaba un cacharro de aquellos y cualquier cosa podía salir mal. La vida de mis compañeros dependía de mis decisiones en ese momento, y no podía permitirme fallar.

Es curioso cómo reacciona el cuerpo humano, en un momento está paralizado por el pánico y al segundo siguiente se convierte en un hervidero de actividad. Dejé de pensar en las posibilidades catastróficas de mis decisiones y apliqué todo lo que el sargento nos había enseñado desde que nos entregó las naves para poner en órbita a mis compañeros. Uno a uno les hice nivelar sus aparatos, encararlos en la posición correcta y apagar los motores de propulsión para situarse en la órbita del planeta. Cuando finalice con Yunque 8, yo mismo ejecuté la operación lo más rápidamente posible, y una vez apagados los motores, puse el contador en marcha.

-Bueno chicos, ahora a esperar dos horitas antes de hacer la reentrada en el planeta. Disfrutad del paisaje mientras tanto.

Era algo fantástico. Estando allí arriba me sentía totalmente libre, una sensación que no sabría definir se apoderó de mí viendo aquella esfera gigantesca rodeada de estrellas, satélites y 9 naves experimentales que salían por primera vez al espacio. Cuando casi había terminado el tiempo, algo asomó por la otra cara del planeta. Algo que solo había visto en fotos y en videos, y alguna vez en una noche clara. La estación orbital de defensa “Leviatán”. Tan solo pudimos observarla durante unos 10 minutos, con sus luces de posicionamiento y todas aquellas naves entrando y saliendo de sus tripas. Fue embriagador y todos nos sentimos motivados de una creación tan magnífica. Pero finalmente llegó el momento de finalizar la misión, y muy a mi pesar tuve que dar la orden de encender motores. Al igual que había hecho el sargento al despegar, ordené que fijaran mi posición en los escaners y siguieran la ruta que iba a trazar. Encontré la “ventana” de entrada en la atmósfera y al poco rato ya estábamos de vuelta en la base. Aterrizamos las naves y apagamos los motores. Había sido el principio, y había sido perfecto. Dentro de poco podríamos volar hasta la estación Leviatán y si todo iba bien, en menos de un año estaríamos en marcha de nuestra primera misión oficial en la frontera. Pero ahora había algo que me preocupaba y quería averiguar cuanto antes. Me dirigí al pabellón y me presenté delante del sargento Dreygas.

-Señor- Dije. –El escuadrón Yunque ha cumplido la misión con éxito y ha regresado a la base.
-¿Y que quereis?¿Una medalla por un ejercicio de principiantes?
-Quería hacerle una pregunta señor.
-Adelante cadete.
-¿Qué era tan importante como para abandonarnos en mitad del ejercicio y volver a la base?
-Nada.
-¿Perdón?
-Nada, simplemente no me apetecía estar dos horas colgado en la nada y mirando las musarañas. Ahora si me disculpas tengo que acabar el asado.

Entrada 11

5 Comments:

At mayo 23, 2006, Blogger yuricats said...

Bueno chicos, aquí empezamos con el capítulo 3. Espero vuestros comentarios y criticas ;)

 
At mayo 23, 2006, Blogger zoki said...

Mola, por fin empiezan a piotar y verse vestigios claramente futuristas como estaciones espaciales y cosas de esas.

Aunque por otro lado un asado seguro que siempre estara en toda época de la humanidad, por muy util que sean las cápsulas alimenticias :D

Enhorawena. Esto va muy bien encaminado!!!

 
At mayo 23, 2006, Blogger Koopa said...

Ese tío MOLA!

 
At mayo 23, 2006, Anonymous Anónimo said...

Athlonso
eje molaaa

 
At mayo 23, 2006, Blogger yuricats said...

Koopa, cual de ellos?

 

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